Desde que decidí mudarme y empezar una nueva vida en Inglaterra (2012), la ciudad elegida fue nada más y menos que Edimburgo (capital de Escocia). Una ciudad embriagada en sus grises y en sus ambientes singulares, sus edificios están diseñados como para grabar películas de terror, pero al mismo tiempo es una ciudad muy acogedora.
La ciudad está dividida en dos partes, casi se puede decir que son dos ciudades: una, la más antigua, medieval. Y la otra, la moderna Edimburgo, con sus jardines y edificios neoclásicos.
Sus cementerios son muy característicos, repletos de leyendas y tumbas que no puedes dejar de visitar. La ciudad está rodeada de montañas. Eso es algo que siempre busco, no viajo a casi a ningún sitio sin antes visitar su naturaleza.
Arthur’s seat es una cima montañosa desde donde divisar toda la ciudad con vistas panorámicas irrepetibles. Como casi todas las cimas, merece la pena subirlas, pero además en este caso, no existe complicación llegar a ella, es una ruta básica rodeada de verde puro.
Y el Calton Hill, con sus monumentos y memoriales en su parte superior.
El Castillo de Edimburgo está en la misma ciudad. Viví durante un mes allí, hacía turismo y a la vez buscaba trabajo. El acento del inglés es más complicado, advertencia, pero poco a poco mi oído se fue acostumbrando y pude saborear la cultura escocesa en todo su esplendor, tanto por el día como por la noche.
El Lago Ness es un lago escocés de gran profundidad, con agua dulce, donde dice la leyenda está escondido el famoso “Monstruo del Lago Ness”.
Ya os he dicho que cada vez que veo un animal singular de un país, lo disfruto. Y las vacas peludas de las tierras altas de Escocia sencillamente me enamoraron.
La comida escocesa es similar a la inglesa, se podría decir que comparten muchos platos, pero tienen otros de gran distinción: las sopas de marisco o de puerros además de ser su especialidad son muy ricas y nutritivas. Lo mismo ocurre con sus recetas de merluza (Haddock), tienen un sabor auténtico de un país que mira al mar.
Estando en la ciudad me surgió un nuevo trabajo en el sur de Inglaterra (St Leonard on Sea). Decidí exprimir un mes mi estancia, aprender mejor el idioma, conocer bien el país y prepararme para mudarme al sur.