Nunca pensé que la música podría afectar de tal manera a mi propio sistema: salud, estado emocional y físico. Dedico dos o más horas al día a escucharla, sentirla, bailarla… en definitiva, disfrutarla. Cada trayecto al trabajo o a reuniones, eventos, quedadas con amigos, viajes, cuando limpio, cocino, hago deporte o necesito simplemente pensar y crear nuevas ideas… en esos y otros momentos siempre hay una canción, una sintonía de fondo que me ayuda.
Necesito la música, se ha convertido en un ingrediente imprescindible para mi vida.
Y, ahora, puedo decir que la música no sólo me ayuda a remontar un mal día, a dar suelta a mi estado más creativo o, simplemente a relajar mi mente y mi cuerpo. Ahora puedo decir que puede ayudarte a mejorar tu estado físico, y más en el actual momento en el que nos encontramos: muchas horas entre cuatro paredes.
Si te gusta la música como a mí te invito a que reflexiones con una pregunta: ¿qué podrías hacer para mantener tu cabeza ocupada, sentir la energía de la música y a la vez mantenerte activo en tu casa? Yo he encontrado una respuesta: ¡Organiza bailes caseros! ¡Trabaja en tu propia coreografía! ¡Grábate! ¡Siente, crea y déjate llevar!
Me gusta bailar, lo hago en el parque (sin complejos) o en una academia donde perfeccionar mis pasos.
Pero ahora he descubierto que nuestro hogar también puede ser una gran academia. El sudor de un baile creado por ti mismo es algo increíble. ¡Pruébalo!
El mejor lugar para inventar pasos y crear tu propio estilo es tu propia casa. Y en mi caso el ‘estilo libre’ con el que más identifico, por su versatilidad, ritmo y posibilidades físicas que me ofrece es el ‘funky’. Lo practico desde siempre, y lo exprimía (y exprimiré pronto otra vez) cuando salía a bailar con mis amigas. Tal es así que al día siguiente mi cuerpo me decía, a través de los dolores y agujetas, que había sido una gran noche de baile y diversión.
Bailar en casa es una fantástica, divertida y creativa forma de hacer ejercicio al mismo tiempo que aprendes pasos nuevos. Me gustaría aportarte algunas ideas para que le saques el mayor partido a esta actividad. Los condimentos iniciales es que te guste la música y el baile (lo hagas mal o bien), elige algún estilo con el que más te identifiques, busca un espacio adecuado (con la mayor luz posible, para cargarte de energía), lánzate a ponerle tu rollo (no imites, adapta, siente, crea) y, sin miedo ni vergüenza, ¡prepárate para disfrutar!
Con estos condimentos básicos hay 6 fases que creo te pueden ayudar a tener una gran experiencia, ahora tienes tiempo suficiente para hacerlo…
1.- Elige videos de bailes con canciones que te gusten o artistas que creas bailan como a ti te gustaría hacerlo (aunque sea una aspiración soñada) y trata de fíjate para aprender ciertos movimientos y rutinas.
2- Fíjate y trata de aprender los pasos del video o del (la) artista que te guste.
No te obsesiones en imitar de forma exacta los pasos, porque te frustrarás. Tu propio estilo y coreografía es un re-mix, un cóctel nuevo de ideas y adaptaciones creadas por ti. Eso sí, trata siempre de mantener el ritmo en cada paso, y conectarte con la música.
3.- Mantén un orden: los pasos y la secuencia son muy importantes, porque te ayudarán a perfeccionar y a crear algo con ‘sentido’.
Los pasos y las secuencias de baile tienen un orden y es crítico respetarlo.
4.- Orden, pasos, secuencia y seguir el ritmo a medida que te fusionas mentalmente con tu cuerpo.
¡Si sigues el ritmo el resto del proceso y su perfeccionamiento es cuestión de práctica!
5.- Así que … ¡practica! Sin prisa, incluso al principio sin música, con movimientos más lentos (para ganar precisión) y poco a poco vas introduciendo música (por ejemplo, por partes de la propia canción), repetir, concentrarse, disfrutar y poco a poco ganarás seguridad.
6.- ¡Acción! Después de trabajar los distintos procesos, como piezas de un puzzle que vas perfeccionando, llega lo mejor. Escoge un espacio lo suficientemente amplio y, si es posible con un espejo enfrente. O, simplemente, grábate: dale al “PLAY”. Es la manera de observarte para perfeccionar.
Al principio igual te puedes ver horrible, o al menos muy distinta a como lo hacen esas artistas que tanto te gustan y vemos en YouTube. Pero nada sale a la primera, esas artistas tienen miles y miles y miles de horas de práctica… así que esto va de paciencia, practicar y, sobre todo, ¡disfrutar del camino!
Aquí puedes ver mi propio vídeo casero de este fin de semana:
Si algo he aprendido es que el baile tienes que vivirlo, emocionarte, gustarte por supuesto y con esos ingredientes viene todo lo demás. A unos les cuesta más que a otros, pero el esfuerzo siempre es algo a trabajar, da igual el nivel en el que te sitúes. Sácale partido a estar en casa, cárgate de energía, suda, repite y, por supuesto, hidrátate en todo el proceso (😜).
¡Canaliza la pasión por la música con una activación física y creativa que te cargará las pilas!
2 comments
Pingback:Beneficios de cocinar en casa – TESSA | Streetlife for Autentic Woman
Pingback:Ansiedad en tiempos de confinamiento – TESSA | Streetlife for Autentic Woman